Una vez se encontró un lugareño con un conocido con un
burro.
“Vaya burro más majo te has comprado”, le dijo el lugareño, el conocido
le miró y le contestó: “no lo sabes tú bien, es una maravilla de burro, me ha
salido un poco caro para ser un burro, pero merece la pena, me despierta por
las mañanas a la hora en punto con el desayuno preparado, me voy a trabajar
mientras él limpia la casa, cuando llego al mediodía tengo la mesa preparada y
la comida en la mesa, con el menú que a mí me gusta, después de comer me sirve
un café a mi gusto, y me vuelvo a trabajar, por la noche cuando llego, tengo la
chimenea encendida, la cena preparada, la casa ventilada oliendo a lavanda, por
la noche me arropa y me duermo como un niño pequeño”, maravillado el lugareño le
dice: “ Ojalá tuviera yo un burro así”, el conocido se le queda mirando y le
dice…: “mira, como te aprecio mucho, voy a vendértelo, pero como comprenderás voy
a sufrir una pérdida muy grande, así que te saldrá caro.”, el lugareño le
contesta que pagará lo que haga falta, así que pagando un dineral, se fue contento
el lugareño llevándose el burro a su casa.
Pasado un mes, se encuentran otra vez, el conocido le
pregunta al lugareño cómo va la cosa con el burro. Éste contesta: “Vaya timo de
burro, no me despierta, es un vago y no hace nada, me llena la casa de porquería,
encima cuando llego de trabajar me tengo que hacer la comida y darle de comer,
así todo el día, me engañaste bien”.
El conocido le mira y sonriendo le dice: “Sigue hablando mal
del burro, así no lo venderás.”
Esto es relativo a los boilies que fabrico, estamos
acostumbrados a leer a vendedores
fabricantes y “simpatizantes interesados” de esas marcas, frases como: “No
te pueden faltar en tu bolsa de cebos”, “pesca asegurada”, “infalibles”, “si no
pescas es porque no quieres”, “cebo definitivo”, “atracción inmediata”, “alta
digestibilidad”, “irresistibles”…
Exageraciones que por desgracia buscan que el pescador
compre y como la pesca es así, en ocasiones le irán bien y en ocasiones no.
Los siento, mis boilies no prometen nada, solo puedo
asegurar que son 100% naturales, sin aditivos químicos, sin estimulantes químicos,
sin colorantes químicos, sin aromas químicos, sin conservantes químicos, solo
productos naturales con su problema de conservación correspondiente.
No son mágicos, no son infalibles, no son “maravillosos”, no
pescarás seguro, no garantizo la captura de ejemplares “monstruosos”, solo
puedo decir que si yo fuera carpa, comería tranquilo de mis boilies.
Por todo esto, seguro que “no venderé el burro”.
¡Olé tus huevos!
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